Funcionamiento de directorios post La Polar
Cuando se destapó el fraude ocurrido en La Polar se dijo que este caso iba a generar...
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Luis Hernán Paúl
Cuando se destapó el fraude ocurrido en La Polar se dijo que este caso iba a generar cambios en la forma cómo funcionan los directorios en Chile. Ya ha pasado un tiempo desde entonces, por lo que puede ser ilustrativo revisar que ha pasado en la práctica.
La preocupación que existe por este tema, al menos en el mundo empresarial, no surge porque se piense que un problema similar podría estar ocultándose o incubándose en varias otras empresas. Por el contrario, la percepción general, la cual comparto, es que La Polar representa un caso más bien aislado. Sin embargo, hay que tener presente que la experiencia internacional en materia de fraudes empresariales es amplia, por lo que no se debe descartar la posibilidad de que a futuro hallan otros casos. Además, igual hay lecciones de lo ocurrido en La Polar que son válidas para los directorios de empresas que no se han visto envueltos en crisis severas.
Cualquiera sea el caso, lo que se ve en concreto en los directorios, en primer lugar, es una mayor preocupación por los sistemas de control interno. Esto involucra desde revisar los sistemas de control interno existentes hasta comparar éstos con los de otras compañías que los especialistas consideran mas recomendables y efectivos.
En esta misma línea también se observa en muchas empresas interés por revisar la relación que tienen los ejecutivos y los directorios con los auditores externos, lo que está llevando a los comités de directores a asumir un rol mas activo en el manejo de esta relación.
Ahora, sin perjuicio de los efectos positivos que puedan tener estos cambios, la experiencia internacional muestra que el mecanismo mas efectivo para detectar los fraudes empresariales no son los auditores externos ni los sistemas de control interno tradicionales de orden contable, sino que las líneas de aviso telefónico o canales vía web desarrollados especialmente para informar sobre este tipo de ilícitos, sistemas los cuales lamentablemente están poco desarrollados en Chile.
Otro aspecto al cual los directorios están prestando mayor atención es la gestión de riesgos, labor la cual no es para nada simple de realizar. También están poniendo mayor atención en las actas. Por desgracia, pareciera que lo que se dice en los directorios pero no queda en acta de poco sirve para probar la diligencia en casos de formalizaciones y demandas a los directores.
Por último, en las empresas que otorgan crédito y/o manejan altos niveles de cuentas por cobrar, ha surgido un especial interés por revisar las políticas de provisiones de no pago de éstas, las cuales son claves para la determinación de resultados.
En lo que respecta a cambios que no han ocurrido a la fecha, pero que sería conveniente impulsar, destaco la instauración de un manual de buenas prácticas de gobiernos corporativos para las empresas transadas en bolsa que sea ad-hoc a nuestra realidad. Este tipo de manuales se utilizan en la mayoría de los países desarrollados y en varios de los en vías de desarrollo, siendo el seguimiento de sus normas en algunos países de carácter fundamentalmente obligatorio y en otros mas voluntario.
En nuestro caso, mi sugerencia sería que las empresas estuvieran obligadas a transparentar el grado de cumplimiento del mismo y las normas especificas que no cumplen. Contar con un manual de este tipo creo sería útil para fortalecer el rol que cabe a la autoregulación y evitar el riesgo que el país pueda seguir un camino de sobre regulación en materia de gobiernos corporativos, tal como ha ocurrido en otras latitudes. También serviría para que las empresas revisen un abanico más amplio de buenas prácticas de directorios que incluya no sólo medidas para minimizar riesgos de fraudes, sino que también medidas relacionadas con sus funciones, estructura, composición, etc. y que adopten finalmente aquellas prácticas que les son apropiadas en función de sus situaciones particulares.